lunes, 6 de julio de 2009

El casi-atropello

siempre me he preguntado por qué para el común de la gente nunca hay tiempo para nada, como le dije una vez al ratón chillón [Así como también escuché] los humanos nunca tenemos tiempo, somos muy estructurado, todo está cronometrado, cuando comemos, cuando cagamos, cuando damos amor, hasta el sexo, todo es así, es como la idea del jíl que planifica su vida, hasta cuantas veces en el año debe ir a baño, no estoy hablando de que todo sea una "Anarquía" sino de esa mierda del "no puedo, no tengo tiempo", a veces pienso que esa es la excusa para no salir de tu casa y frustrarte amargamente en el podrido asiento de tu computador a escribir un blog, al final las huevadas enviciantes nos consumen a cada momento, se hacen necesidades en perder el tiempo, es la vía de escape de poder elegir "Hoy pelotudiaré viendo una hora de T.V. en vez de escuchar las necesidades de mis hijos" es uno el que elige ver la hora de T.V., no es el tiempo ni la necesidad, y sin embargo no hay tiempo para lo que es real y tangible, nos perdemos tanto en un mundo de plástico que olvidamos lo que es el mundo real, ese mundo de mierda, ese mundo que necesita que seas un mamerto pendiente, pero en ese mundo de mierda están los que queremos, estamos tan sumado a lo que dice el reloj, que muchas veces no nos percatamos la ausencia o el vacío que provocamos.
Me acuerdo de lo que me pasó hace algunos días atrás, iba caminando para ir a clases [como todas las mañanas justa con la hora, a lo que no me hago problema] le había robado los audifonos a mi hermano, recuerdo que estaba justo escuchando "gran santiago" Já!, cuando llegué al ultimo cruce hacia el "templo de los conocimientos", me dio por sacarme los audifonos y amarrarme de nuevo el "moño" para ver mi cabello más ordenado, pero el destino era más desenfrenado que sólo cruzar con luz verde, un mendigo auto aparecio calculando a sólo centrimetros de mi, por suerte alcanzé a tirarme hacia atrás antes que el mal nacido echara encima todo su sucio auto de mierda en mi cuerpo, cuando pasó el muy hijo de su madre paró para decirme que tuviera más cuidado, me sorprendi más cuando me di cuenta que el mal nacido era una mal nacida, sii, compartiendo lazos sagrados como pertenecer al mismo genero, pero no la muy mierda se paso por el culo esa huevada y me echo su asqueroso auto encima y más encima me da lecciones dde como cuidarme después de su intento de homicidio, yo ahí me emputé, llevó más de 10 años de lecciones de como cuidarme, a los 9 años me quedó más que claro que no se cruza con luz roja, a los 5 aprendí que los autos matan [lo aprendí cuando atropellaron al perro de una "doña" dueña de unos baños públicos], y tengo más que claro que me apesta esa gente de mierda que no es capaz de pedir aunque sea unas disculpas!, cuando recordé esas cosas en menos de 5 segundos las respuestas fluyerón en mi boca, le dije que como mierda le dieron licencia, que era huevona que como no puede distinguir un "mono" cruzando y uno detenido, que si le enseñaron los colores en el pre-escolar, y que no me jodiera, que primero se cacará la cara de mamerta y dije lo más egocentrico de mi vida "y laváte la boca antes de darme lecciones de vida" mientras mi dedo no dejaba de apuntar esa luz verde que ya parpadeaba, agarré los audifonos, los conecte en mis oídos y mi cerebro, y me dejé llevar con la voz de Jules C., mientras pensaba "estás mierdas no me pasan cuando tengo los audifonos puestos".
Si esa mujer no se hubiese apresurado, quizás no sólo atrasada, sino, sin trabajo, sin familia, privada de libertad, y con una muerte en su mente, paciencia es consciencia.

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La más cabrona

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Con un McBurger, con amor, Heard & McDonald Islands
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