Ensayo Interdisciplinario sobre lo femenino y sus formas religiosas.
“¿De que manera la sociedad se organiza a través de sistemas de inclusión o exclusión?”
Si bien estamos inserto en una sociedad en la cual se impone como liberal, que se mantiene tolerante y que se jacta de mantener sistemas de inclusión (ya sea políticas, religiosas, sociales, económicas, etc.), estas últimas se han desarrollado y modificado con el paso de los años, pero aún hay sistemas de exclusión latentes marcadas en la cicatriz de quienes son definidos como la “minoría”.
Parto mencionando como primer sistema general de inclusión, la religión, esa que unifica a la humanidad en un tratado de paz y un bien en común, pero ¿podríamos definir a la religión como un total sistema de inclusión?, pensando en la fe cristiana (que es considerada la más universal), que excluye netamente a las otras creencias, y si se piensa más a fondo pasa con todas las religiones que se excluyen así mismas y a las demás, si es así ¿no sería también la religión un sistema claro de exclusión?.
En el pensamiento actual de América latina, la cual está muy ligada a la fe cristiana, está la consideración de la mujer en su rol secundario, partiendo desde la creación (según la fe cristiana) con Adán y Eva, hasta la definición de Dios como un padre y no una madre. Si bien en la sociedad actual se muestra a la mujer incluida en todos los aspectos, también se ve muy marcada la mujer como una “competencia” y no como un aporte, el mirar a la mujer atrás de un hombre y dependiente de este es algo que aún no cambia, que sigue siendo un sistema de exclusión en una sociedad que usa el disfraz de sistemas de inclusión, poniendo así en tela de juicio la “igualdad de géneros” de la sociedad actual.
El valor dado de los que es un hombre y una mujer, ya está claro, partiendo de la diferencia entre géneros y no como seres iguales, dándole así un inferior valor a lo que se refiere como mujer. Si hay una creencia o una fe deberíamos dejar de darle un género a lo que representamos como divino, darle más espacio a uno mismo como ser propio y no como una corriente y valorar más el “quiénes somos” y no el “qué somos”, no se elige ser hombre, ni mujer, se elige ser lo que somos.
Atte. Soyla comadreja
P.D.: Gracias Ivo, eres el mejor :)